lunes, 31 de marzo de 2008

-ando y -endo

Nada de ayeres. Hoy y sólo hoy. Es una gran alegría saber que podemos ser cualquier cosa y levantarnos siendo cualquier otra. La monotonía está en el cementerio. Ahora infeliz, dentro de un rato eufórico, mañana en la mañana feliz y en la noche nostálgico. Si tengo suerte y gano el baloto, el lunes seré rico. El gerundio es una sujeción realmente hermosa; estamos siendo infelices, eufóricos, felices, nostálgicos y/o cualquier otra cosa. A veces estamos siendo sólo farsa, muchas veces, casi todas.
Me he descubierto siendo casi inerte, más vivo que cualquiera en el mundo, con ganas de morir o amando los perros. Jamás me he despertado siendo lo mismo que al momento de acostarme. Hoy, lo admito, el existencialismo está siendo conmigo, pero también la nostalgia y la ebriedad. Digo sólo estas cosas que estoy siendo por tener intensidades evidentemente notorias. Sin embargo, no cabe la menor duda, estoy siendo muchas otras existencias. No crea usted que se trata de una patología particularmente mía. Seguro sabe usted de qué le hablo. Si ignora el sentido de lo que digo, quizá deba leer menos la biblia.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Dice [yo]


Me pregunto a veces de qué estoy hecho; carne, hueso, pereza. Por más que lo pienso no me hago a la idea de tener que salir de alguna manera. No sé bien qué es lo que ha de determinarse como pecado dentro de todo esto. No quiero discutir si ello es posible. Apelo a una simple tarjeta de visita: imagínese a un sujeto al cual no puede atribuirse ningún verbo. Por ejemplo, un paciente que ha caído en coma y sólo emite el sonido [yo] de vez en cuando. No se caiga en tonterías pensando que aquí estoy adjudicándole el verbo decir. Tontería simple, como afirmar que una piedra dice, o que un paciente en coma es (desde una perspectiva cartesiana, por supuesto). El paciente simplemente dice [yo], sólo [yo]. Inerte por cuanto exige la ciencia. Un volcán activo que eventualmente escupe algo de lava, ceniza y humo. Inofensivo, por lo menos mientras siga entre la vida y lo inerte. Exactamente entre estas dos condiciones, ambas desprovistas totalmente de metafísicas y niñerías, se define la situación en la que se sume mi pobre vecino. Claro que no está en coma, sólo ebrio.