domingo, 10 de junio de 2007

A los que saben...


"Primera carta de Juan, capítulo 4, versículo18"
Para vos, que temés por mí y ves en verde todos los semáforos.

Yo huyo. Y justamente desde hoy. Sí, ¡Aaah! 20 de mayo, un clavo saca una grapa. De tanto abandono termino por abandonarme y sacarme la grapa. Me voy, para los pobres y los otros, me voy. Yo huyo como el Magdalena. El Magdalena no huye. Yo tampoco. ¿O sí? Sí, si huyo. Me voy por todo, porque huyo y no huyo. Porque fluyen las cosas. ¿Por qué fluyen las cosas? Pregunta para la Universidad de los Niños. Eso también duele, repítelo: Universidad de los Niños (NO recordar). Todo lo que está detrás no puede ser objeto de deseo.

A La 4 se le quiere sin recatos. Me gusta la manera en que me maneja. Quizá sea más su poder que mi propia voluntad lo que termina por excitarme tanto. Hoy me devolví casi un kilómetro para decirle “hasta mañana”. Me siento muy héroe por eso. Fue estúpido, pero heróico. ¿No es un héroe quien encarna los máximos valores de la vida? Sí. La estupidez: soy mi héroe. Encarno los máximos valores de mi vida o me miento para creerlo. Igual resultado: a La 4 se le quiere sin recatos. No puedo pedirme más ahora, con apenas 22 días para entablar una tristeza lo suficientemente duradera como para escribir un par de meses. Suficiente juunto a ella.
El amor [verbo] no se conjuga en esta casa. Pero está. Todos los semáforos están en verde. Ninguno en rojo. "Siga usted señor, pase, bien pueda". Junto a la fogata -que viva Juan- grito: "¡felices los normales!". Soy un hijo de Juan Pablo Peña, y doy honor a su nombre. Soy el hijo de Juan ¿Qué? ¿Esperaban algo diferente? Lamento la decepción. Terminarán por comprender aquellos a quienes se les debiera hacer menos extraña mi partida (en el fondo lo desean casi como yo). Digo, para poder sentir que siempre lo supieron. Repito y soy terco: los semáforos, todos en verde. Todos somos indeseables.
Huyo, fluyo...
Sí. Si, si, si... después hablamos

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