viernes, 15 de junio de 2007

Huele a Mortecina

"...de la fe y el recuerdo..."
Para Camila, más que para Mónica. A ella la visitan los muertos.

Mi última esperanza de que todo regrese. Lo sé, soy un imbécil. Las cosas no regresan, no las cosas del tiempo. Con facilidad evoco esa noche testaruda, mi regreso loma arriba, lluvia abajo, los besos llenos de desdén, de displicencia femenina. Los besos de vicio, lluvia recia. Puedo recordarlo. Lo que no logro es satisfacerme con el mero hecho de recordar. Quizá con otro recuerdo menos ingrato; con un momento feliz. La noche de Santa Bárbara: “bohemia de parís, alegre, loca y gris…”. ¡Aaaah! “…la bohemia era una flor de nuestra edad”. ¡Peor cuanto más hermoso el recuerdo! No es menos el deseo, pero si mayor la insatisfacción. La Nausea. El Volcán. La carta que no llega…

Mejor será que no recuerde (NO recordar), así la vida como que fluye. Lo que quiero decir es que no se estanca. No se represa. Dios mío, pobre de los represados, pobre de mí cuando me represo, pobre del que no huya de la represión y del vagabundeo. Pobre del que no huya haciendo acto de fe en cualquier cosa. ¿Y en qué nos gastamos la fe? En la musa. En Nacional. En la iglesia. En dios. En Dios (¡por Dios, qué diferencia!). En Zaratustra. En las vías. En los trayectos. En el sueño. En lo que sea menos en el recuerdo.

El tiempo arrasa hasta con la fe, el resto es melancolía; el resto es recuerdo: “suciedad, pobreza y conformidad lastimosa”. Así habló Zaratustra. Así amenazan los gallinazos, con hambre de carroña. Como la fe que caduca en un cadáver, así somos nosotros, como los gallinazos sobre la carroña pretérita. Sí, los nostálgicos olemos a mortecina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

david, los nostálgicos olemos a mortecina, tal vez. y prefiero quedarme nostálgica y oliendo a mortecina, que dejar de serlo. los recuerdos pueden represar, a veces, pero los recuerdos ayudan a inventar los muertos, por ejemplo. los recuerdos, depende de los recuerdos. a veces, también es posible tener que creer en algo, para no recordar, y también es necesario, sobre todo, cuando el recuerdo duele, cuando el recuerdo hiere, cuando el recuerdo mata... en fin. yo quisiera seguir teniendo un poco de olor mortecino en mi cuerpo. amo la nostalgia, y amo recordar un monton de recuerdos inventados que tengo. a veces recordar hace fluir y olvidar. después del olvido, no habrá camino para recordar, y entonces volveremos a buscar algo en que creer, en que fluir. pobre de mi, entonces. pero soy feliz, unas cuantas veces.
me gusto, me gusto mucho. sobre todo a camila recordando muertos. y si hay un poco de incoherencia en estas letras, y que no pude explicarme, ya tendre tiempo, es xq el sue;o hace de las suyas en mi. seguimos alejados en unas cositas de la puntuacion, que cuando lo leo, me quitan ritmo...
buena mar, estos dias...