jueves, 23 de agosto de 2007

Vómito



Un vómito asqueroso que no quiere estar destinado a morir en una calle reservada a las buenas costumbres. Al vómito éste, comida del almuerzo, poco le hubiese importado morir en plena zona rosa si no fuera por que hay tantas personas mirando y gritándole por haber vomitado en el lugar que no era. Le hubiese gustado morir más tranquilo, deshecho en la borrachera y llenar la boca con el sabor fuerte y la sensación de haber tragado brasas, o cristales.
Ahí está la parte más dura de parir un vómito, no cabe la menor duda; se trata de algo que vive y que se había vuelto parte de mí. Ahora no quiero pensar en ello, pero me pregunto de qué manera puede llegar un vómito a decidir dónde y cuándo ver la luz. Iba a convertirse en mierda y orines, como todo lo que va a dar al estómago, pero prefirió soñar con nacer por la boca, quiso ser hablado, y bueno, terminó siendo un vómito hecho y derecho.
He pensado en mandarlo a la guardería, para que conozca otros de su naturaleza, pero creo que no es muy buena idea y preferiría educarlo yo mismo. Sí, autodidacta. Bastaría entonces con que le llevase algún libro de economía para que lo leyera. Es un vómito, todo lo entenderá porque todo lo tiene. Sería mi vómito intelectual, un asquito reconsiderado en el fondo de mi estómago y sacado de sí mediante procedimientos literariamente incompetentes.

El deseo de mi vómito consiste en regresar al estómago, que fue su casa materna; no podrá, porque terminará en el estómago de otros que vienen aquí para comer vómitos: Pasta de tomate, queso mozzarella y pedazos de hojas de albahaca envueltos en un película de ginebra y bilis. También tiene trocitos de aceituna, un recuerdo en una lancha y veinte besos antes de las buenas noches. El vómito éste, hijo mío por derecho propio, aunque no le daré jamás mi apellido (yo sólo soy su madre), contiene restos de rabia, de dolores, de heridas y una mazorca desgranada -lo que se llama una tusa-.

Ha salido todo juntico, oliendo a vómito. Un parto por la boca, un parto desde el estómago. Pensé que nacería muerto, o que sería pura bilis. Siempre hacía rato que no comía. Pero nó, nació sano y lloró al primer golpe con el suelo. Es una niña vómito y tiene, gracias a Dios, todas las partes en su lugar.

No hay comentarios.: