viernes, 16 de septiembre de 2005

Días difíciles

"La crisis de sentido,
por estar imbricada con la conciencia,
resulta siempre difícil de tratar"
F. Kafka
Que días tan difíciles. El dolor de espalda continúa creciendo, mi pelo busca la tierra y a veces me duelen las piernas cuando camino, y no es que se trate de punzadas inconstantes, es, más bien, un cansancio permanente y demoledor, un sentimiento triste de impotencia ante lo más simple y necesario; caminar.
Días éstos de vejez precoz; enojado, creyéndome desgraciado, tanto por haber comprendido que el mundo es un lugar incómodo como por saberme un soñador petulante y discreto, sintiéndome viejo, calvo y viejo, viejo y sumergido en la multitud, gritando hasta desgarrar la garganta que me siento vivo; que me tengo por un viejo; que la vida no me ofrece nada más que humo y que, con todo, no deseo mi muerte más que la de algunos.
Y es que, a la velocidad que corren estos días, cualquiera podría envejecer en un par de meses, ver que todo ha cambiado y molestarse por ello al notar que ya no se es parte de lo que se creía; la vida no es lo que me prometieron, uno no es un gran constructor sino un pobre ladrillo para nada imprescindible, encerrado entre hileras de cemento y separando a otros de la intemperie; un pobre pedazo de piedra en las manos torpes de David mientras Goliat, muerto de la risa y lleno de ojos, se divierte jugando con una peña entre sus dedos.
Que corran entonces los días, ya los buscaré cuando sean más pequeños sus pasos. Ellos ahora tienen prisa, luego, fatigados por los años, estarán cada vez más cerca y mi paso oriental -lento y preciso- los hará envejecer; ya no será su tictac el que me lleve a la deriva, será el vaivén de mi alma tranquila. Que corran entonces los días difíciles, los largos enojos y los miedos de mi pueril vejez. Que corran. Desde mi hamaca, rumiando mi fracaso, hundiéndome en mis cavilaciones y encendiendo cada cigarrillo con el anterior, esperaré ansioso al gigante; no importa cuantos ojos tenga, habrá suficiente ceniza para cegarlo por un instante -por uno de los míos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUENISIMO... A PESAR QUE PARECE UNA DESCRIPCIÓN MUY PERSONAL, UNO SE SIENTE IDENTIFICADO CON LA SITUACIÓN PLANTEADA. ME GUSTO MUCHO ¡¡¡¡¡